El origen de la elaboración DEL ORUJO
¿Sabías que?
La elaboración de orujo en Liébana se remonta, tal y como se constata en los cartularios de los monasterios de la comarca, a la Alta Edad Media. El orujo, junto al vino, servían de moneda de cambio para transacciones comerciales e incluso como especie para el pago de tributos.
La sabiduría popular atesorada durante siglos ha permitido mantener viva, hasta nuestros días, el ancestral sistema de elaboración, sin duda elemento clave y diferenciador de nuestro aguardiente.
El orujo se elabora a partir de los hollejos, raspones y pepitas (“el brujo”) que restan tras el pisado de las uvas con las que se obtiene el mosto y posteriormente el vino.
La destilación se realiza en la alquitara de cobre, recipiente de origen árabe que consta de tres partes: una caldera, donde se deposita el brujo, que será calentado preferentemente con fuego de leña de encina. Un capotillo y una copa que debe mantenerse constantemente cubierta de agua, manteniéndose de esta forma fría, para que el vapor desprendido del orujo se condense al contacto de la misma. El resultado de dicha condensación es el lento manar de un aguardiente de orujo con un 52 por ciento de alcohol que es recogido con esmero y paciencia por el artesano orujero.
El proceso dura aproximadamente unas 12 horas y se necesita una carga de unos 100 Kg. para obtener 15 litros de aguardiente.