Senda del RIO

Una visión diferente de Potes

Si hay un lugar que se ha convertido en un paseo obligado para los miles de visitantes que llegan cada año a la villa de Potes, ese es su paseo fluvial junto a los ríos Quiviesa y Deva, un recorrido que lo pueden realizar desde niños hasta personas mayores, y que dispone de varias zonas de acceso, para que puedan disfrutar del mismo personas discapacitadas o matrimonios con sus bebés. Además, la frescura de poder pasear junto a la orilla del río, hace que sea el lugar elegido para refugiarse en los días donde las temperaturas son más altas, poder mojar los pies sentados al borde del agua, o incluso, darse un chapuzón en las pozas que se encuentran durante el paseo.

La senda fluvial, recorre la margen derecha de los ríos Quiviesa y Deva, y se inicia junto al puente medieval de San Cayetano, en el casco antiguo de la villa lebaniega, donde además de poder observar a las truchas, contemplaremos los patos y ocas que se han convertido en una atracción turística en el paseo.

Desde el puente de San Cayetano, que tiene el acceso al paseo junto a la ermita del mismo nombre, pasaremos por debajo del puente nuevo, construido después de la guerra civil española por Regiones Devastadas, llegando poco después al denominado puente de La Cárcel, en alusión a la antigua prisión que se encontraba en el interior de la Torre del Infantado.

Al pasar el puente, contemplaremos la unión del río Quiviesa al río Deva, que desciende desde Fuente Dé. Aquí, hay una de las pozas más concurridas durante los días de fuerte calor, además de la subida a la calle Independencia, que comunica con La Plaza, por medio de escaleras.

Seguimos adelante, dejando a nuestra izquierda el edificio del IES Jesús de Monasterio, desde donde también hay una senda que nos acerca hasta la unión de los dos ríos, y antes de llegar al siguiente puente, que comunica con los edificios educativos de la villa, tenemos la opción de salir a la calle San Roque, subiendo por escaleras o por medio de una pasarela.

Poco después, continuando junto al río, llegaremos hasta el final del recorrido en Las Vegas, donde de nuevo hay varias pozas, así como un lugar de descanso con mesas y bancos, y donde finaliza el bonito recorrido, para ascender por la carretera que desde Las Vegas, nos llevará hasta la calle San Roque.

Durante todo el recorrido también encontramos paneles explicativos de fauna, flora y la actividad que se desarrolló en la zona, y si al oscurecer el viajero quiere disfrutar de un rincón tranquilo, donde oirá el sonido del río, contemplando la villa de Potes de noche, podrá hacerlo, porque el Ayuntamiento ha instalado farolas que iluminan todo el paseo.

En todo el trayecto además del arbolado típico de ribera, con chopos, fresnos o sauces, podremos ver las truchas moverse en el río, ya que es además una zona de pesca sin muerte, junto a aves como la lavandera o el mirlo acuático, y en alguna ocasión hasta la nutria recorre estos parajes tan singulares.

¿Te lo vas a perder?

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